lunes, 23 de enero de 2012

El PP ni se aclara ni se atreve con la reforma laboral




19 Julio de 2011: fuentes del PP filtran que Rajoy piensa en un contrato único

31 Octubre de 2011: el PP deja el contrato único fuera de su programa electoral

19 de diciembre, debate de investidura: Rajoy defiende el contrato único, pero no dice que lo vaya a impulsar

20 de enero de 2012: el Ministro de Economía defiende el contrato único



La anterior secuencia es una pequeña muestra de la falta de concreción que el Partido Popular exhibe cuando se trata de afrontar el problema del paro. El partido del Gobierno o bien no se aclara sobre la idoneidad de la medida o bien no se atreve a plantearla abiertamente por las consecuencias que pueda tener para sus expectativas electorales. Resulta llamativo que el PP, que convirtió al empleo en el eje central de su campaña para las generales, no tenga una propuesta concreta al respecto. Alguien podría pensar que utilizaron el drama del paro con fines partidistas. De hecho, ya se comenta que el candidato del PP a la Presidencia de la Junta de Andalucía, Javier Arenas, no quiere ni oír hablar de contrato único, ya que cree que le restará votos el 25 de marzo.

Las contradicciones internas de los populares en cuestiones económicas tienen precedentes en el mes escaso transcurrido desde la toma de posesión de Mariano Rajoy. El Ministro de Hacienda y el de Economía han planteado diferentes formas de frenar el despilfarro en las Comunidades Autónomas. Finalmente se ha impuesto la tesis de Cristóbal Montoro, que defiende la intervención de las cuentas autonómicas cuando la comunidad en cuestión tenga que ser rescatada (De Guindos, en cambio, pretendía un control preventivo como el que Europa ya contampla para los Estados). La opción elegida es la errónea, porque supone que el Estado asume la inmensa deuda autonómica sin exigir apenas nada a cambio. Además, tantas dudas y tanta contradicción en asuntos tan relevantes, lanzan un mensaje desastroso a los ciudadanos, a Europa y a los mercados financieros. Rajoy, el hombre que presumía de previsible y de transmitir confianza, es incapaz de lograr que su Gobierno la genere.

El anterior Gobierno socialista fracasó porque renunció al liderazgo. Cuando se anunció que el nuevo Ejecutivo no tendría vicepresidencia económica, se dio por hecho que el Presidente llevaría la batuta. De momento, la orquesta desafina. Está bien fomentar la negociación entre agentes sociales como medio de evitar conflictos, pero Rajoy insistió en que gobernaría, dando a entender que si no había acuerdo, tomaría decisiones. De momento sigue demorándolas, como si un país que va hacia los 5 millones y medio de parados se lo pudiera permitir. No consta que Rajoy tenga batuta y todavía está por demostrar que vaya a gobernar. La laboral podría ser la primera reforma del Gobierno de un país que las necesita con urgencia. Hasta ahora sólo ha habido parches contradictorios y globos sonda que chocan entre ellos.

Unión Progreso y Democracia ha presentado en el Congreso una PNL defendiendo la instauración del contrato único indefinido con indemnización creciente, tal y como lo proponía en su programa electoral. Sería bueno que Mariano Rajoy tomara posición y dijera qué le parece esta propuesta, y en caso de que no la considere oportuna, cuál es su alternativa. De este modo, quizás podría transmitir confianza a socios e inversores y esperanza a los españoles desempleados.

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